Alfara, 4 de junio de 1980, hace 41 años. Ilusión, expectación, alegría y un compromiso de trabajo y servicio. ‘‘Unos cuantos vecinos se acercaron a la Calle Mayor, nº 17. Aparecieron las autoridades locales con representantes de la Sanidad Provincial y un chaval joven de 22 años. Se acercaron al nº 17 de la calle Mayor y abrieron una puerta de cristal, entraron en ella y rellenaron una serie de documentos. Eran las 12 horas. Al momento salieron con la calle llena de gente. Elinspector de Sanidad provincial declaró que el local cumplía las condiciones necesarias para realizar el servicio de Farmacia. ¡Se abre la primera Farmacia en Alfara!’’, recuerda José Terrádez, al frente de nuevo de la farmacia del pueblo.
‘‘¡Qué recuerdos más entrañables! Qué gente más acogedora, amable, servicial, comprometida, cariñosa... ¡Y cuánto se echan de menos! La mayoría ya nos dejaron. Para ellos mi cariñoso y grato recuerdo, pues siempre estarán conmigo. Alguno se estará preguntando quién fue la primera persona. Pues sí que lo recuerdo’’, continúa relatando a El Periódico de Aquí.
‘‘Me gustaría agradecer el cariño y la gran acogida recibida por las maravillosas gentes de Alfara, aún 41 años después , y todo lo que “ha llovido” desde entonces , sigo estando agradecido a la gente de Alfara, siempre estaré agradecido, por su cariño. Y como ellos saben, me dediqué en cuerpo y alma a prestarles mi ayuda y mi servicio, mi esfuerzo y mi trabajo, mi entrega diaria absoluta. Buenos maestros tuve, como D. Enrique Almar (dedicación total) y Armando Fito (buscando lo mejor para sus vecinos) o nuestro párroco D. Victor Aleixandre . Espero poder seguir sirviendo con igual de ilusión a este maravilloso pueblo y a sus gentes, pues todavía nos quedan muchos “capítulos “ que escribir y mi compromiso sigue igual que cuando empecé, y con energías renovadas y acordes con los actuales tiempos, perosin olvidar nunca la gratitud y el cariño de aquellos que empezamos la aventura de la “nueva farmacia en Alfara. ¡Va por ellos! En nombre de mi familia y en el mío propio: gracias’’, concluye José Terrádez.
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