Varios jóvenes participan en el festival de las Paellas Universitarias de València, una fiesta que este año se celebra en el Multiespai de la pedanía de La Punta que ha vendido para esta edición 25.000 entradas. EFEAgentes de la Policía Local de València han levantado acta dentro de las Paellas Universitarias para notificar a sus organizadores que tenían denegada su celebración por el Ayuntamiento, a pesar de lo cual el guion de esta cita sigue su curso y miles de jóvenes disfrutan ya de ella.
"No queremos cometer ninguna ilegalidad", ha asegurado a los periodistas el portavoz de la organización Carlos Ortega, quien ha indicado que si el Ayuntamiento rechaza su declaración responsable se reunirán de urgencia para tomar una decisión respecto a la continuidad o no del festival, que tiene previsto cerrar sus puertas a las ocho de la tarde tras diez horas de festival.
Desde el Ayuntamiento se informa de que los técnicos municipales estudian aún toda la documentación aportada por la empresa en su recurso de esta mañana, a partir del nuevo proyecto presentado, en que se debe revisar desde la seguridad del recinto hasta el emplazamiento, las alturas, los aforos y las vías de evacuación.
Se determinará así si el festival puede o no seguir adelante, mientras los organizadores se enfrentan ya, por el hecho de abierto sus puertas esta mañana, a una posible sanción de entre 30.000 y 300.000 euros en caso de que el Ayuntamiento determine que incumple la Ley de Espectáculos Públicos de la Generalitat.
Esta fiesta se celebra este año en el Multiespai de la pedanía de La Punta, cercana a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, y la organización asegura haber vendido 25.000 entradas, que iban desde los 10 euros del inicio de la venta (en noviembre de 2018) hasta los 28 de las más recientes.
Los que iban entrando al recinto lo tenían claro y pese a la amenaza de suspensión y a la incertidumbre, en ningún momento se han cuestionado su asistencia, todo ello en un ambiente primaveral, festivo y universitario.
Desde la apertura de puertas la normalidad ha sido la tónica dominante y los 20 equipos del concurso de paellas empezaban los preparativos e incluso las paellas gigantes, ya a cocinarse.
Los jóvenes entraban al recinto tras una minuciosa inspección de mochilas y bolsas y la comprobación de que solo llevaba un litro de líquido por persona y en botellas sin tapón, así como su identidad con el DNI, y los primeros centenares han podido disfrutar de un adelanto de la actuación de Lola Índigo (de Operación Triunfo) que ensayaba en el escenario principal.
Además de ese escenario, las instalaciones cuentan con otro escenario mediano con una gran carpa delante y otro más pequeño, así como varias barras.
El festival dispone de urinarios móviles repartidos por tres zonas, nueve salidas de emergencia para evacuar a 33.000 personas, dos hospitales de campaña, 50 profesionales sanitarios y un dispositivo de más de 400 personas para garantizar la seguridad, la limpieza y el control el acceso, según la organización.
El concurso de paellas ha sido ganado por un grupo de diez estudiantes de diferentes facultades -pero excompañeros de instituto-, que tras un mes viendo tutoriales y practicando con sus madres, han conseguido la matrícula gratis para el curso que viene.
Pasadas las 14 horas, la aglomeración ya se hacía notar en el recinto con jóvenes botella y paella en mano, muchos con camisetas de colores y mochilas del evento, mientras la música animaba desde los tres escenarios.
Desde primera hora agentes de la Policía Local han estado presentes en los alrededores del recinto y en las zonas de acceso, con labores principalmente de regular el tráfico a la espera de que se resolviera el proceso administrativo y decidieran si se procedía o no al cierre.
Pasado el mediodía, agentes de la Policía se han personado ante la organización para notificarles que el festival tenía una notificación denegada del Ayuntamiento para su celebración y han levantado acta aunque los organizadores han explicado que habían presentado sus recursos y estaban pendientes de la resolución.
El presidente de la Asociación de Vecinos La Unión de La Punta, Vicente Romeu, ha asegurado que la organización ha dicho que con autorización o sin ella iban a celebrar el festival, lo que a su juicio es "un desafío, un reto, un pulso a la Administración, a una orden del Ayuntamiento".
Romeu ha asegurado que la organización del festival jamás ha hablado con los vecinos y tampoco lo ha hecho el Ayuntamiento y ha indicado que no están en contra de que se celebre, sino en los "problemas de acceso" que se generan en empresas del entorno y que a su juicio son "solucionables".
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