Leoncio BadíaUn sombrío muro a escasos metros del cementerio municipal de Paterna fue escenario del horror en los años más oscuros de la historia de España. Frente a este trozo de piedra, conocido como el Paredón de España por ser la mayor fosa común del país, fueron asesinadas 2.238 personas por el régimen franquista. Tras recibir el tiro de gracia, las víctimas eran trasladadas al camposanto de la capital de l’Horta Nord para ser arrojadas en el interior de alguna de las setenta fosas comunes que se reparten por el cementerio municipal. Allí les esperaba un excombatiente republicano llamado Leoncio Badía, conocido como el enterrador de Paterna, un represaliado a quien le fue asignada como castigo la tarea de sepultar ‘a los suyos’.
Leoncio Badía fue uno de tantos jóvenes que se alistó como voluntario en el ejército repúblicano tras el golpe de Estado del general Francisco Franco. La victoria del bando sublevado en el año 1939 desembocó en un periodo de represión contra todos aquellos contrarios a la ideología de los vencedores. Entre ellos estaba este joven soñador quien, pese a poder salvarse de la pena de muerte, fue enviado por el régimen a enterrar a sus ‘compañeros rojos’ entre los años 1939 y 1945.
Testigo de la barbarie
De este modo, Leoncio Badía se convirtió en testigo de excepción de la barbarie, pero no se mantuvo al margen. Pese a ser conocedor de que ponía en peligro tanto su vida como la de su familia, el enterrador de Paterna hizo todo lo que estuvo en su mano para que los familiares de los asesinados tuvieran alguna pista, por pequeña que fuera, de dónde estaban sus seres queridos.
Cuando llegaba alguna de las sacas con los cadáveres de las personas que habían sido asesinadas esa madrugada en el Paredón de España, Leoncio recortaba algún trozo de tela de sus ropas, mechones de pelo o cualquier objeto personal que pudiera ayudar a reconocer a estos repúblicanos fusilados. Su sensibilidad, su valentía y su humanidad ha merecido ya algunos homenajes y será siempre recordada por todos y cada uno de los familiares que pudieron tener alguna conexión o avanzar en la búsqueda de sus allegados gracias a él.
Su labor ha sido también reconocida por las instituciones valencianas. Desde el Ayuntamiento de Paterna han decidio dar un paso más en la defensa de la memoria democrática y rendir tributo, a título póstumo, a la valentía y la humanidad de Leoncio Badía con una escultura diseñada por el artista valenciano Nassio Bayarri.
Así lo anunció el alcalde de la ciudad de Paterna, Juan Antonio Sagredo tras el encuentro que el primer edil y el conocido escultor mantuvieron con la hija del enterrador, Maruja Badía que, en representación de la familia, acudió para abordar los detalles del monumento. Durante el encuentro, Sagredo destacó que “esta escultura es un reconocimiento al coraje y sensibilidad de Leoncio, que a través de recortes de tela, mensajes en botellas, botones y mechones de pelo, intentó sembrar esperanza en las heridas abiertas en muchas familias para que pudieran cerrarse en un futuro y dignificar así su memoria”. En la reunión, la hija de Leoncio, enormemente agradecida por el monumento-homenaje, hizo entrega a Nassio de diversas fotografías de su padre para que sirvan de inspiración al artista, que anunció que se ponía a trabajar desde ese mismo momento en el boceto de una obra que, según indicó el propio artista, le hace especial ilusión.
Leoncio Badía fue también galardonado a título póstumo con la Alta Distinción de la Generalitat Valenciana en el año 2019.
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