Imagen de la presentación de las firmas. /EPDAUna representación de vecinos de la zona de Honduras y Blasco Ibáñez han acudido al ayuntamiento del Valencia para presentar 929 firmas recogidas contra el recorte de terrazas que se proyecta para estas dos conocidas zonas de ocio de la ciudad de Valencia y pedir una reunión con el alcalde Joan Ribó.
Los vecinos aseguran ser residentes de hace más de 30 años en la zona y consideran que la terraza les "hacen compañía" y es un lugar de encuentro con familiares y amigos.
"Los vecinos tenemos muy claro que el problema de nuestro barrio no son las terrazas. No son las que provocan las molestias y los problemas que tiene el barrio y sufrimos. Tampoco es un tema de ahora. Llevamos años sufriendo y preocupados por las molestias que ocasionan los jóvenes que hacen botellón, inseguridad en las calles a partir de ciertas horas y otros conflictos que no nos dan tranquilidad" aseguran en un comunicado remitido a los medios.
En el mismo se asegura que la problemática de del barrio "no se acabará con pintar rayas de color en las terrazas de los hosteleros, a lo que conocemos y consideramos como del barrio, tanto residan en él como no, porque pasan horas aquí trabajando, dando trabajo y haciendo que nosotros o nuestros hijos y nietos tengamos un sitio donde sentarse y pasar un buen rato cerca de nuestras casas y no teniendo que coger el coche y otro tipo de transporte para desplazarnos a otros sitios para tomar algo o salir de fiesta".
Los firmantes de la carta aseguran que el problema en la zona está en el botellón, una actividad que al contrario de lo que pasa con las terrazas no está regulada, y que sus problemas se iniciaron, precisamente, cuando el ayuntamiento desalojó el botellón de la zona universitaria de Tarongers haciendo que los jóvenes se desplazaran a calles y plazas de su barrio a generar molestias. "Incluso hemos visto algunos casos de peleas o robos. Y también hemos visto como cuando los bares estaban cerrados en el Covid los follones por las noches y altercados aumentaron y ya lo denunciamos" explican.
Por ello piden que Ribó les atienda en persona para "contarle en primera persona los problemas del barrio que nos afectan como vecinos y nuestra preocupación si cierran los bares porque les reducen o quitan las terrazas. Las terrazas no son nuestra preocupación y las que nos quitan el sueño, y tampoco hay derecho a que paguen justos por pecadores".
"¿Qué tenemos que hacer? ¿Si nos quedamos sin terrazas, los jubilados vamos a tener que ocupar los bancos de los parques del barrio para hacer nuestro propio botellón o picnic? ¿Vamos a tener que estar en vela toda la noche porque el botellón y las fiestas en los pisos de estudiantes aumentarán? Y encima nuestros hijos o nietos tendrán que irse de fiesta a otras partes de la ciudad e incrementar nuestra preocupación por si cogen el coche o tienen que volver andando y solos" concluye el mensaje.
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