Más allá de la Copa América: 5 inversiones que la izquierda ha bloqueado en Valencia

La pérdida de la Copa América para la ciudad de Valencia es el mayor macroevento al que la provincia le ha dado el portazo desde que en 2015 la izquierda entrara a gobernar en el Ayuntamiento y la Generalitat. Sin embargo, no es la única gran intervención que no se ha materializado por motivos políticos. 

Los motivos medioambientales son la causa de que junto al Bioparc todavía no se haya levantado un gran parque acuático ambientado en Camboya. Desde la concejalía de Ciclo Integral del Agua pusieron la línea roja en los elevados consumos de agua presentados en el proyecto inicial. De poco ha servido que Rainforest presentara una iniciativa que mejoraba estos índices, ya que el Ayuntamiento esgrime ahora que una ciudad con mar, no parece necesitar un parque como el que también tienen otras ciudades costeras como Benicàssim,  Cullera o Benidorm. El gobierno del Rialto parece más proclive a la iniciativa del corredor verde que han sugerido los vecinos de Campanar. 

Durante muchos años fue el hotel más selecto de toda Valencia. Y es que el Sidi Saler, con cinco estrellas y enclavado en pleno Parque Natural de l’Albufera frente al mar, fue el hotel que hospedó a la jet set europea que pasaba por la capital desde que se inaugurara en 1976. Sin embargo, el espacio, ahora abandonado, tiene los días contados después de que el Ayuntamiento de Valencia haya optado por caducar la licencia de la empresa abocándolo a su demolición. De poco han servido los proyectos presentados por la antigua concesionaria o las demandas vecinales para dotar de otro uso al hotel. Ribó lo tiene claro: este espacio deber ser “devuelto a la naturaleza”. 

El proyecto de la noria gigante que impulsaba la empresa Circular View en La Marina de Valencia se inauguró el pasado octubre en la ciudad de Dubai. Pretendía ser una de las atracciones de este tipo más grandes del mundo, pero desde el inicio fue una iniciativa que chocó con el planteamiento del Ejecutivo Valenciano. Ribó llegó asegurar que la Marina no era “un parque temático” y que lo que se debía impulsar era “un centro lúdico y de actividades náuticas”. 

8.000 empleos directos e indirectos y más de 754.000 turistas adicionales al año. Eran las cifras de la iniciativa similar a ‘Eurovegas’ que ARC Resorts, con sede en Singapur, pretendía levantar en en el edificio de los Docks de Valencia y que incluía un hotel de seis estrellas con casino, un “museo del cristal”, además de una intervención global para toda la marina con campo de golf y atracciones relacionadas en el PAI del Grao. El plan fue presentado ante el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat, para autorizarse como Actuación Territorial Estratégica, sin embargo, con el cambio de color en ambas administraciones la firma confirmó que abandonaba el plan “ante la falta de interés y los impedimentos mostrados por los políticos valencianos”. Desde el Consistorio respondieron que “el modelo de usos para la Marina basado principalmente en la instalación de casinos, locales dedicados al juego y espacios de uso privativo, choca contra la voluntad de favorecer unos usos más diversificados y destinados al disfrute de la ciudadanía”. 

El macrocentro de ocio y compras que pretendía instalarse junto a Heron City derivó en una batalla legal y en un conflicto político desde que la izquierda llegara a las instituciones. Primero ‘Puerto Mediterráneo y posteriormente Intu Mediterráneo, tras su rediseño, prometía la creación de una gran superficie comercial de 907.000 metros cuadrados, con una inversión de 860 millones y la generación de más de 5.000 puestos de trabajo, más de 3.000 en la fase de construcción. Los motivos ambientales fueron esgrimidos por la conselleria de Medio Ambiente, en manos de Compromís, para bloquear el plan, en el que trató de intervenir el propio embajador británico.