En segundo lugar, el martes 29 de julio el Valencia se enfrentará al Olympique de Marsella en el Nou Estadi Costa Daurada de Tarragona. Este encuentro, correspondiente al torneo veraniego Aircup, supondrá el primer test de nivel ante un rival europeo exigente y con mayor carga de competición. Se espera una alineación más cercana al once titular.
Ya más cerca del inicio liguero, el equipo viajará a Alemania para disputar un amistoso ante el Borussia Mönchengladbach el sábado 2 de agosto, en el Borussia-Park. Este encuentro forma parte de los actos de celebración del 125.º aniversario del club alemán y permitirá a Corberán medir el rendimiento del grupo en un contexto internacional más exigente.
La preparación concluirá el sábado 9 de agosto con el tradicional Trofeu Taronja, que este año celebrará su 53.ª edición en Mestalla. El rival será el Torino FC, equipo de la Serie A italiana, y servirá de presentación oficial ante la afición. Será la última prueba antes del debut liguero.

Calendario de la pretemporada | Valencia CF vía X
Además, entre el 4 y el 8 de agosto el equipo realizará una concentración de trabajo en las instalaciones de Royalverd, en Girona, donde el cuerpo técnico intensificará las sesiones tácticas, físicas y de cohesión grupal. Se espera que para entonces ya estén incorporados al menos parte de los fichajes pendientes.
Una plantilla incompleta
El Valencia ha vuelto a apostar por la fórmula de vender jugadores y, en su lugar, traer parches, lo cual sigue desesperando y frustrando a buena parte de su afición. La lista de salidas supera con creces la de incorporaciones. Se han ido piezas estructurales como Mamardashvili, Mosquera, Yarek, Barrenechea, y ni siquiera se ha hecho el esfuerzo por retener a perfiles que funcionaron en la segunda vuelta como Rafa Mir o Sadiq.
A día 22 de julio el club solo ha incorporado a dos jugadores. Las bajas superan la decena y el bloque de la pasada temporada está claramente desmembrado. La defensa ha perdido jerarquía y proyección, la portería ha sido reestructurada con una cesión, y el centro del campo ha quedado huérfano sin Barrenechea, quien además ya es seguro que no volverá al conjunto che tras su incorporación al Benfica por 15 millones de euros pagados al Aston Villa. El ataque, por su parte, apenas cuenta con un delantero de referencia sano.
La marcha de Mamardashvili al Liverpool dejó en caja unos 30 millones de euros pero su sustituto, Julen Agirrezabala, ha llegado cedido y con una penalización si no juega. Una operación interesante desde el punto de vista deportivo –el meta vasco tiene gran proyección–, pero que refleja a la perfección el modelo económico del club: vender a lo grande y cubrirse con cesiones. Lo mismo ocurre con la zaga tras las ventas de dos centrales de presente y futuro como Mosquera (al Arsenal por 14M fijos y 4 en variables) y Yarek (al PSV Eindhoven por 9M), y no ha llegado ninguno en su lugar. A falta de menos de un mes para el inicio de liga, la defensa está en cuadro y no hay refuerzos firmados, por lo que el club depende de sanciones nulas y de una salud intacta de Tárrega y Diakhaby para mantener una pareja de centrales a la altura de la primera división. Sin embargo, en una temporada tan larga, es bien sabido que esto no será sostenible todo el curso.

Julen Agirrezabala en sus primeros entrenamientos en Paterna | Valencia CF vía X
Dani Raba, el otro fichaje confirmado, es un jugador con buenas condiciones pero que llega libre desde el Leganés, un equipo que ha descendido. Una apuesta válida para fondo de armario pero insuficiente por sí solo si se pretende competir con garantías. La austeridad sigue marcando la hoja de ruta, aunque se vendan activos millonarios.

Anuncio del fichaje de Dani Raba | Valencia CF vía X
Los rumores de mercado apuntan a perfiles medianos o promesas, muchos de ellos pendientes de rebajas salariales o cesiones. En la delantera, por ejemplo, aún no hay un ‘9’ claro para acompañar a Hugo Duro. Se ha hablado de Pau Víctor, Sadiq, incluso nombres libres como Mariano Díaz (quien ya ha fichado por el Alavés) o retornos como Alcácer, pero nada se concreta. La sensación es que el club va tarde y mal en la planificación, y que se improvisa más de lo que se proyecta.
Corberán ya ha dicho sin rodeos que necesita seis o siete refuerzos más para competir con garantías. Pero el mercado avanza y el club no se mueve con la contundencia esperada. Se barajan opciones, pero casi todas están supeditadas a que bajen su precio o se acepten condiciones favorables. Mientras tanto, el entrenador se ve obligado a tirar de cantera para llenar convocatorias.
Los nombres que suenan –José Copete en defensa, Onyeka en el medio, Pau Víctor en ataque, entre otros– pueden ser interesantes, pero no ofrecen por sí solos un salto de calidad. Con el paso de los días es cada vez más claro el peligro de llegar al arranque liguero sin haber apuntalado bien la columna vertebral del equipo, hipotecando el inicio de temporada y repitiendo los errores del pasado.
Pero el problema no solo está en las incorporaciones que no llegan, sino también en la incapacidad del club para cerrar la continuidad de sus piezas clave. A día de hoy, sigue sin resolverse el futuro de tres titulares indiscutibles que fueron fundamentales en la reacción del equipo durante la segunda mitad de la temporada pasada: César Tárrega, Javi Guerra y Diego López. Los tres han recibido propuestas de renovación por escrito, pero ninguna ha sido firmada aún, lo que alimenta la preocupación entre los aficionados y dentro del propio vestuario.
Tárrega, con apenas 21 años, se consolidó como el central más fiable del equipo: fue titular en 34 de las 38 jornadas de liga, y sus números lo sitúan entre los mejores defensas de la competición, siendo top 3 en duelos ganados y top 2 en jugadores menos regateados en toda LaLiga, solo por detrás de Raíllo. Su progresión ha sido constante y silenciosa, pero clave para sostener al equipo cuando más lo necesitaba. Hoy por hoy, es el único central de jerarquía real en plantilla junto a Diakhaby, y su renovación debería ser innegociable. Según se ha dado a conocer, entre los 3 jugadores es el más cercano a concretar una renovación, pero aún no hay nada cerrado y, en el peor de los casos para los valencianistas, no sería la primera vez que una joya de su cantera se marcha sin previo aviso.
En ataque, Diego López se convirtió en el gran revulsivo de la temporada. Con solo 22 años fue, a la par que Hugo Duro, el jugador de la plantilla con más participaciones de gol (8 goles y 5 asistencias). Su capacidad para aparecer entre líneas, desbordar, definir y asociarse lo convirtió en uno de los atacantes más eficaces y constantes del equipo. No retenerle no sólo sería perder un extremo, sino también desproteger uno de los pocos focos de desequilibrio ofensivo real del Valencia. De momento, si realmente la junta directiva quiere hacer del “guajín” una pieza clave en el presente y futuro del club deben seguir trabajando. La primera oferta formal, según ha informado Héctor Gómez vía X, ha sido rechazada ya que el jugador y su entorno no están de acuerdo con las condiciones propuestas.
//En el centro del campo, Javi Guerra brilló como la extensión de Corberán sobre el césped. Disputó 31 partidos y fue el eje sobre el que giró la reconstrucción táctica del equipo. Combinó organización, despliegue físico y llegada al área rival con una madurez impropia para su edad. Su segunda vuelta rozó el sobresaliente y, aunque su situación contractual debería haberse resuelto ya, el club ha dejado pasar el tiempo sin asegurar su continuidad a largo plazo. Todo parece indicar que ambas partes quieren llegar a un acuerdo, pero no es la primera vez que suena una posible salida del joven interior, quien tiene muchas novias en Europa, inclusive el Atlético de Madrid que ya casi cerró su fichaje hace un año. ¿Será este el verano en el que Javi Guerra vista de rojiblanco en la capital española? Solo el tiempo dirá si es así o sigue defendiendo el escudo valencianista.

Diego López, Javi Guerra y Tárrega en un entrenamiento | Valencia CF vía X
Hasta la fecha, el único de los jóvenes importantes que ha renovado oficialmente es Jesús Vázquez, lateral izquierdo de 21 años que busca afianzarse como titular en el once de Corberán y que para el club es una apuesta de presente y futuro forjada en Paterna. Aún así, que solo él haya sido blindado hasta ahora evidencia que el ritmo de renovaciones no está a la altura de las necesidades deportivas del club.

Renovación de Jesús Vázquez hasta 2028 | Valencia CF vía X
En lugar de cerrar estas situaciones estratégicas con rapidez y convicción, la dirección deportiva sigue en una postura pasiva y reactiva, lo que refuerza la sensación de improvisación. Tener a tres de tus pilares sin renovar a escasas semanas del inicio liguero no es solo un fallo de planificación: es una señal preocupante de cómo se gestiona el presente.
Corberán, el escudo de la ilusión
Carlos Corberán ha asumido un rol que va más allá del banquillo. Se ha convertido en el gran escudo emocional de la afición, el técnico que genera ilusión pese a todo, el hombre que devolvió la competitividad al vestuario en los peores momentos. Su discurso es coherente, su idea futbolística ilusiona y su compromiso es incuestionable. Pero no puede competir solo. Sin herramientas, sin plantilla completa y sin respaldo firme desde arriba, el proyecto se queda cojo.
Corberán viajó a Singapur para exponer su plan a Peter Lim. Le prometieron fichajes, reinversión, ambición. Pero la realidad es que, a día de hoy, el técnico entrena con lo justo, improvisa sistemas para suplir carencias y cruza los dedos para que no haya más lesiones.
Los jugadores creen en él. Gayà, Pepelu, Javi Guerra o Fran Pérez han expresado públicamente su compromiso con el nuevo ciclo. Pero el fútbol profesional no se sostiene solo con voluntad. Hace falta planificación, dirección y una estructura que proteja a sus figuras. Hoy, todo eso está por construir.
Mientras el equipo intenta preparar una temporada digna, el ambiente institucional sigue tan enrarecido como siempre. La llegada de Ron Gourlay como nuevo CEO se anunció como el inicio de una nueva etapa, pero por ahora no se han materializado cambios profundos. El proyecto sigue guiado por la lógica del mínimo gasto y la máxima venta.

Presentación de Ron Gourlay como nuevo CEO | Valencia CF vía X
La afición ha vuelto a responder, incluso en partidos de pretemporada, con protestas claras contra Peter Lim y Miguel Ángel Corona. El divorcio entre grada y propiedad no solo persiste sino que se amplía. Hay una desconexión total entre lo que la gente siente por el club y lo que los despachos ejecutan. El mensaje que se transmite es de desinterés, falta de ambición y abandono.
La venta de talentos como Yarek, Mosquera o sobre todo Mamardashvili, sin sustitutos de nivel, es solo un ejemplo más de cómo el club prioriza liquidez a corto plazo por encima de la consolidación deportiva. Y mientras tanto, el nuevo estadio sigue parado, el equipo se construye a medias y Mestalla continúa siendo el último bastión de resistencia.
¿Proyecto o experimento?
La pretemporada 25/26 del Valencia CF deja claro que existe un proyecto futbolístico en lo táctico y lo humano, pero no necesariamente en lo estructural o lo institucional. Corberán ha devuelto parte de la ilusión, el vestuario tiene jóvenes con hambre y la afición está dispuesta a empujar. Pero eso no basta.
Hace falta un club que proteja y acompañe esa ilusión, no que la sabotee con desidia, ventas sin sentido y refuerzos que no llegan. De lo contrario, todo quedará en un experimento veraniego más: una pretemporada sin rumbo que desemboca en otra campaña a la deriva.
Quedan semanas por delante y la oportunidad de corregir el rumbo. Pero el margen se reduce. Y el tiempo, en un club que ya ha coqueteado demasiado con el abismo, no debería desperdiciarse nunca más.