Una marea arcoíris recorre Valencia para decir "basta" a los retrocesos

Valencia salió ayer a la calle para celebrar el Día del Orgullo con una multitudinaria manifestación en la que se reivindicó que la sociedad valenciana no aceptará retrocesos en los derechos LGTBIAQ+ y se tuvo un emotivo recuerdo para las víctimas de la dana.

La manifestación, encabezada por una pancarta con el lema "Ara més que mai, orgull. Més drets, menys silenci" (Ahora más que nunca, Orgullo. Más derechos, menos silencio), arrancó pasadas las 19:30 horas desde el puente de la Exposición y recorrió varias calles de la ciudad hasta desembocar en la plaza del Ayuntamiento, donde estaba prevista la lectura del manifiesto.

Durante el recorrido, la marcha se detuvo a las 20:11 horas para rendir homenaje a las víctimas de la dana. Con un grito unánime de “no os olvidamos” y entre aplausos, los manifestantes corearon también “Mazón, dimisión”.

La convocatoria, impulsada por Lambda —colectivo LGTB+ por la diversidad sexual, de género y familiar—, contó con el respaldo de más de 50 entidades sociales, sindicatos y partidos políticos. En un contexto marcado por los ataques desde las instituciones por parte del PP y Vox, los organizadores subrayaron su firme determinación de no permitir ningún paso atrás en sus derechos. El lema elegido este año fue: "Ara més que mai, Orgull".

El manifiesto leído en la plaza comenzó reclamando ese mismo espacio como “un lugar de resistencia, visibilidad y memoria”, y denunció: “No permitiremos que nos expulsen de nuestros espacios, que nos borren, nos silencien y nos devuelvan al armario”.

“Llenamos esta plaza ante los ataques de un gobierno autonómico negligente del PP, sometido a la extrema derecha fascista de Vox. Lo decimos alto y claro: no daremos un paso atrás en la lucha por nuestros derechos. Porque nuestros derechos no se negocian. Porque existimos y resistimos”, afirmaron.

El texto también denunció la reforma de la ley trans valenciana, que calificaron de tránsfoba, impulsada con el apoyo del actual gobierno autonómico y con el aplauso de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá. “Esta ley es una vergüenza. Se ampara en un supuesto derecho a discrepar de la ciencia y somete a las personas trans a la voluntad de la transfobia. Si incomodas, te excluirán”, señalaron.

Asimismo, alertaron sobre cómo esta reforma ha abierto la puerta a las terapias de conversión, por lo que exigieron reparación para las víctimas. También denunciaron el abandono de la diversidad en las aulas, responsabilizando directamente al “gobierno tránsfobo de Carlos Mazón y Susana Camarero”.

El manifiesto recogió además otras reivindicaciones de carácter transversal, como la necesidad de una ley de vivienda, el fin del genocidio del pueblo palestino, el feminismo inclusivo, los derechos de las personas migrantes y refugiadas, y el recuerdo a las víctimas de la dana, cuyas secuelas “siguen agravadas por la incompetencia de la Generalitat”.

“Es importante que nos mantengamos unides y gritemos a una sola voz, como ya lo hemos hecho otras veces, que no somos enfermos, no somos pecadores, no somos vagos ni maleantes. No buscamos romper familias y, por supuesto, esta violencia NO es terapia”, proclamó el manifiesto, leído por Xavi Martínez, víctima de las terapias de conversión, quien reivindicó con firmeza: “No es terapia, es tortura”.

Tras la lectura del manifiesto, diversas voces del colectivo tomaron la palabra, y dio comienzo la fiesta del Orgullo en la misma plaza del Ayuntamiento, como símbolo de resistencia y celebración de los derechos conquistados, como el matrimonio igualitario o la ley trans estatal. “No permitiremos que nos echen de un espacio público de visibilización, resistencia y memoria”, concluyeron.