Celebración del título en el césped de La Cartuja. EFE/RAFAEL DIAZ/ARCHIVOTras un brillante
camino que incluyó eliminar al Levante, al Barcelona y destrozar al Real Madrid
en semifinales, el equipo dirigido por Claudio Ranieri pasó por encima del
Atlético de Madrid y conquistó la sexta de las ocho Copas del Rey que tiene al
vencer por 3-0 en La Cartuja.
Ante más de treinta
mil valencianistas, algunos de los cuales habían hecho 72 horas de cola para
lograr las entradas, y al son del ‘El Probe Miguel’, la canción que encabezó la
banda sonora de aquella noche en el estadio sevillano, el argentino Claudio ‘El
Piojo’ López anotó el primer tanto a los 22 minutos de juego, al empalar desde
más allá del punto de penalti un centro de Gaizka Mendieta.
Apenas diez minutos
más tarde, el Valencia encarriló el título con un ‘maradoniano’ tanto de
Mendieta. El capitán anotó uno de los mejores goles de la historia de la entida
al recibir un centro desde la izquierda de espaldas a la portería, controlar
con el pecho, bajar el balón con el muslo derecho derecha, conseguir un
'sombrero' con la pierna derecha para zafarse de dos defensas del Atlético y
dar una vuelta 180 grados y, posteriormente, rematar con la zurda y batir a
Molina.
Años después se
realizaron camisetas con las 'instrucciones para un gol increíble' que
recordaban los pasos dados por Mendienta para sellar ese tanto y las botas que
lució aquel día se exhiben restauradas en Mestalla como muestra del impacto de
aquel tanto, que también se celebró en el estadio valencianista, donde cerca de
cuarenta mil seguidores vieron juntos la final.
Con un Atlético
totalmente volcado al ataque en la segunda mitad para tratar de reducir
distancias, Santi Cañizares aprovechó haber atajado una falta para lanzar un
balón largo a la carrera del ’Piojo’, que regateó la salida de Molina, corrió
dejando atrás al guardameta y definió a la portería para poner el 3-0.
Acompañado del 'Piojo' y de Paco Camarasa, Mendieta fue el encargado de recoger
el trofeo.
Decía la canción de
‘El probe Miguel’ que Miguel, el protagonista de la misma, hacía “mucho tiempo”
que no sale, lo mismo que le ocurría al Valencia, que llevaba sin ganar un
título diecinueve años, pues el último había sido la Supercopa de Europa de
1980.
Aquel triunfo se
produjo, además, en un día icónico para el Valencia puesto que el 26 de junio
de 1963 había conquistado en un abarrotado Mestalla la Copa de Ferias ante el
Dinamo de Zagreb y supuso una enorme explosión de alegría en la ciudad.
El valencianismo
llegaba tras una larga sequía de títulos y tras la decepción que supuso perder
cuatro años antes la 'final del agua' en ese mismo torneo ante el Deportivo de
La Coruña. Se calculó que solo en el aeropuerto quince mil seguidores se
concentraron para recibir al equipo, que se desplazó después en un autobús
descapotable por las abarrotadas calles de la ciudad, visitaron la Basílica, el
Palau de la Generalitat y saludaron desde el balcón del Ayuntamiento para
acabar la fiesta en un Mestalla a rebosar.
En las pantallas del
estadio, mientras se esperaba a la comitiva, se repasó aquel día el brillante
camino del equipo para conquistar ese título. El Valencia derrotó primero al
Levante en octavos y luego se encontró con el Barcelona en cuartos. En el Camp
Nou, el Valencia encarriló la eliminatoria al derrotar 2-3 al Barça, con dos
goles de Claudio López y otro 'increíble' de Mendieta para rematar el partido.
Aún volvió a ganar en Mestalla en la vuelta por 4-3, aunque el encuentro se
encauzó muy rápido, pues se fue 3-0 al descanso y fue el Barça quien maquilló
el choque al final.
Por si fuera poco, los
de Ranieri tenían que enfrentarse en las semifinales al Real Madrid, pero una
noche antológica sirvió para que el Valencia derrotara en Mestalla a los
madridistas por 6-0 y dejara sellada su presencia en la final. Goles del ‘Piojo’,
Alain Roche por partida doble, Goran Vlaovic, Miguel Ángel Angulo y Mendieta
dejaron lista la presencia del Valencia en La Cartuja, pese a perder 2-1 en el
Bernabéu.
Aunque la final fue el
último partido de Claudio Ranieri, la sucesión de éxitos siguió en el Valencia,
pues el año siguiente el club de Mestalla alcanzó por primera vez en su
historia la final de la Liga de Campeones, un hecho que repitió un curso
después, a pesar de que perdió en ambas finales.
La campaña 1998-99 fue
el germen de un nuevo Valencia más defensivo, contragolpeador, pero que también
jugaba bien al fútbol, primero con Héctor Cúper como técnico y, a partir de la
2001-02, con Rafa Benítez, quien tras esas dos derrotas consecutivas del
Valencia en Liga de Campeones le hizo campeón de la Liga en dos ocasiones,
además de lograr una Copa de la UEFA en la 2003-04, en el mejor lustro de la
historia del club.
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