Durante el embarazo y el parto, el cuerpo atraviesa transformaciones asombrosas. Sin embargo, una de las zonas que más se ve afectada, y que muchas veces queda en segundo plano, es el suelo pélvico. La buena noticia es que con un poco de constancia y algunos consejos prácticos, es posible recuperar y hasta mejorar el tono muscular de esta zona.
Por ello, en este artículo te contamos cómo cuidar tu suelo pélvico después del embarazo sin que el proceso se vuelva aburrido ni complicado.
Practica ejercicios de Kegel
Los ejercicios de Kegel son, sin duda, los más populares cuando se habla de tonificar el suelo pélvico. Son discretos, no requieren equipamiento y pueden hacerse en cualquier lugar, incluso mientras ves tu serie favorita. ¿Lo mejor? Realmente funcionan si se hacen con constancia y técnica adecuada.
Estos ejercicios consisten en contraer y relajar los músculos del suelo pélvico, como si quisieras detener el flujo de orina. Se recomienda empezar con repeticiones cortas y lentas, e ir aumentando progresivamente la intensidad y duración de los ejercicios.
Además, hay juguetes sexuales que pueden ayudarte a identificar correctamente estos músculos y optimizar tu práctica, como es el caso de las bolas chinas. Estos dispositivos se insertan en la vagina y se mueven con el movimiento del cuerpo, lo que obliga a los músculos a trabajar para mantenerlas en su lugar.
Aprende a respirar correctamente
Puede parecer algo muy básico, pero aprender a respirar correctamente tiene un impacto enorme en la salud del suelo pélvico. La respiración diafragmática (esa que se hace inflando el abdomen en lugar de levantar los hombros) ayuda a relajar y tonificar los músculos profundos del cuerpo.
Cuando respiras de forma consciente, también mejoras la conexión con tu cuerpo y reduces la tensión acumulada en la zona pélvica. Practicar respiraciones lentas y profundas a lo largo del día, o durante tus ejercicios, potenciará aún más los resultados.
Igualmente, integrar la respiración con el movimiento (por ejemplo, exhalar al contraer el suelo pélvico e inhalar al relajarlo) te ayuda a crear una rutina más armoniosa y efectiva. Es un pequeño gesto que transforma completamente la forma en que te recuperas.
Incorpora el movimiento en tu día a día
No necesitas inscribirte en un gimnasio o hacer rutinas intensas para empezar a fortalecer tu cuerpo. Caminar, subir escaleras o incluso bailar con tu bebé en brazos pueden ser excelentes maneras de activar tu musculatura, incluyendo el suelo pélvico.
Eso sí, hay que tener cuidado con ciertos ejercicios, como los abdominales tradicionales o los saltos, que pueden ejercer demasiada presión sobre esta zona y empeorar los síntomas. Lo ideal es empezar por movimientos suaves y controlados, que te ayuden a reconectar con tu centro.
Cuida tu postura y tu abdomen
La forma en que te sientas, caminas o cargas a tu bebé influye directamente en la salud de tu suelo pélvico. Y es que una mala postura puede debilitar la musculatura abdominal y aumentar la presión en la zona baja del cuerpo.
Por estas razones, intenta mantener la espalda recta, el abdomen ligeramente activado y el peso distribuido de forma equilibrada cuando estés de pie o sentada. Del mismo modo, evita encorvarte al dar el pecho o al dormir para ayudar a que todo tu cuerpo trabaje en armonía.
También es esencial cuidar la recuperación de la faja abdominal profunda. Un abdomen fuerte, especialmente en la zona del transverso, colabora con el soporte del suelo pélvico y previene molestias como la diástasis abdominal.
¡Tu bienestar empieza desde adentro!
En definitiva, dedicar atención al fortalecimiento del suelo pélvico tras el embarazo favorece tanto la recuperación física como la conexión personal. Además, al tratarse de un proceso íntimo, es determinante afrontarlo con paciencia y cariño. Así que, no temas a incorporar estos hábitos en tu vida diaria. ¡Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán!