Falleras, abanicos y vítores reciben a la Mare de Déu del Carmen un año más en el barrio valenciano del Carmen. La pasada tarde del 16 de julio, la Plaza del Carmen de Valencia se llenó con motivo de la festividad de la Virgen del Carmen. Esta se celebra principalmente en los barrios del Carmen y el Cabanyal desde el siglo XIII, cuando surgió la devoción vinculada al Orden de los Carmelitas. La Mare de Déu del Carmen es conocida por su protección a los que viven en el mar y, aunque el Carmen no es barrio costero, su nombre y su historia carmelita le otorga un lugar especial en sus celebraciones a la Virgen del Carmen.
Este año, las primeras en llegar fueron las falleras, abanico en mano, decididas a que el calor no les impidiera celebrar a la patrona de marineros y pescadores. Entre abrazos, sonrisas y miradas cómplices, la emoción de sus familias era evidente. Acompañando a estas familias, la plaza se fue llenando tanto de niños y jóvenes, como de los más mayores. El esperado evento estaba a punto de empezar: los ramos se entregaron a las falleras, las trompetas y tambores se empezaron a probar, y la carxofa se terminó de montar.
A las 20:00 en punto, el aforo de la plaza se duplicó con aquellos que salían de la Parroquia Santísima Cruz tras la misa en el altar mayor. De repente, la plaza se llenó. Los más mayores se convirtieron en mayoría, muchos abanicándose en primera fila, mientras
algunos niños expresaban impaciencia por ver el Canto de la Carxofa. Este canto es una tradición que se remonta al siglo XVII y es una manifestación de devoción popular. En ella, Valencia le canta a la virgen a través de un niño, quien representa la inocencia y fe sincera. Con la plaza ya llena, comenzó la procesión. La Mare de Déu del Carme salió al son del Himno de España, entre aplausos y vítores como "¡Guapa!" y "¡Viva la Mare del Carmen!". La Virgen iba bien acompañada: la Corte de Honor de Valencia, falleras mayores, falleros, cofrades, sacerdotes, y la banda de música. Esta procesión, liderada por un estandarte con la imagen de la Virgen del Carmen, recorrió las calles del barrio. La Virgen del Carmen sorprendió a decenas de turistas que no dudaron en pararse a observar con curiosidad. Pero sobre todo, el recorrido estaba lleno de valencianos listos para ver a la Virgen pasar por sus calles.
Poco antes de las 21:00, la procesión terminó donde había comenzado: la Plaza del Carmen, donde había un escenario que ya se había llenado de músicos. El público estaba expectante, y a él se habían unido la Mare de Déu del Carme y la Corte de Honor. Mientras la carxofa se abría, empezó a sonar una voz angelical que no tardó en emocionar al barrio con el "Cant de la Carxofa". El coro y los músicos acompañaron con fuerza y pasión a esta dulce voz. Se escucharon aplausos a mitad del canto, ya que los asistentes no pudieron esperar al final para expresar su respeto a ese valiente niño que cantaba con tanta tranquilidad.
El evento concluyó con fuegos artificiales que iluminaron el cielo y dejaron caer cenizas sobre un público que seguía sin moverse. Entre aplausos de una plaza aún llena a pesar del humo, La Virgen del Carmen volvió a la Parroquia Santísima Cruz dándole la cara a los asistentes, como si quisiera regalarles una última mirada antes de irse.