El 'Cant de la Carxofa' de Catarroja quiere ser fiesta de interés turístico. El doctor David Jorge García, a nivel particular, ha realizado una profunda investigación para desvelar los orígenes de esta celebración y sus peculiaridades locales en el camino a conseguir esta denominación.
Esta es una celebración que actualmente se mantiene en ocho pueblos, Alaquàs, Aldaia, Quart de Poblet, Manises, Picassent, Catarroja, Silla y Valencia (Castellar-Oliveral, el barrio del Carmen y Canyamelar durante la Semana Santa). En 2024, los municipios de l'Horta Sud impulsaron una moción conjunta para proteger y poner en valor este movimiento artístico de mitad del S.XVIII para declararlo como Bien de Interés Cultural Inmaterial. En Alaquàs ya cuenta con esta denominación.
El nombre de esta festividad lo recibe del artefacto con forma de esta verdura que abre sus hojas desde un altura considerable, para que un niño vestido de ángel cante un 'motet' ensalzando al Cristo o a otra divinidad, con cierta similitud al Misteri d'Elx.
La 'Carxofa' de Catarroja no ha escapado a la dana, aunque los desperfectos ocasionados en la estructura son leves y podrá recuperarse, como señala David Jorge. Este investigador ha elaborado con anterioridad los informes para lograr esta designación en el concurso internacional del allipebre y la fiesta local de los Moros y Cristiano, y ahora ha recogido este reto "porque no tiene una entidad organizadora propia", lo que dificulta su estudio al tratarse de un acto municipal.
Una vez redactado el documento se entregará al Ayuntamiento para su aprobación y su consecuente pase a la conselleria con el fin de que de el visto bueno a la declaración.
Orígenes
Para buscar el origen de el 'Cant de la Carxofa' de Catarroja, el investigador ha tenido que remontarse a más de 100 años, mucho más que para las otras dos celebraciones. "Solo hay dos personas que han escrito sobre la fiesta", explica. Una de ellas fue Rafael Roca, de la Universitat de València que a través de la recopilación de los libros de fiestas y reseñas en los medios de comunicación, además de las fuentes vecinales, dató su origen en 1905.
Más recientemente, Enric Olivares, también de la UV, en un estudio sobre la Carxofa en las comarcas de la Ribera y l'Horta, descubrió, a través de los inventarios de un ropería que alquilaba trajes paras este tipo de fiestas religiosas (Casa Insa), un apunte referido a Catarroja sobre un vestuario de ángel datado en 1877, aunque "este origen no se puede comprobar al 100%, porque también existía una danza tradicional de la Carxofa en la procesión y podría haber sido para este acto", confirma David Jorge.
El investigador local, tomando estas referencias, ha alargado su permanencia posterior y advierte de que desapareció a principios de los 70 y se recuperó en los 90, con fotografías de la Casa Insa. También en 2018 el Ayuntamiento trató de dar un nuevo impulso con un concurso para escoger al 'ángel' que canta desde el artefacto, que se mantuvo por dos años pero que decayó con la pandemia.
Particularidades
Las peculiaridades de esta fiesta en Catrroja es que en 1905, "no se hizo en honor al Cristo, sino a Sant Roc", como explica David Jorge, y "en el año 1915 no fue un acto religioso sino para presentar a la Banda del Empastre". Habrá que esperar hasta 1919 para que la celebración se relacione con el Cristo y se mantiene hasta la guerra civil, con la última referencia en 1933.
De nuevo, resurge en 1943, con la nueva imagen del Cristo, que fue destruida en la guerra, aunque la festividad se celebraba el 1 de octubre, para dar paso a la trilogía festiva; La Virgen, el Cristo y San Miguel (patrón del municipio). En 1971 se produce un cambio y la celebración pasa a hacerse dentro de la iglesia de San Miguel sin procesión, hecho que castiga a la Carxofa y vuelve a dejarla en el olvido. En 1993, al cumplirse los 50 años de la bendición de la imagen del Cristo se celebra puntualmente dentro de la iglesia, mientras se proyecta la construcción del nuevo artefacto, que será en 1997.
La 'Carxofa' tiene una estructura muy parecida a la de la localidad de Silla, pero en cada una de sus 15 hojas, el pintor, Carlos Mayo, dibujó hasta 29 caras de niños, tomando como modelos a sus propios hijos y otros vecinos del pueblo. También el 'motet', obra de Rigoberto Cortina, que se canta en los municipios, tiene en Catarroja sus particularidades, porque cobra una mayor importancia la instrumentalización y la percusión.
En el caso de que prospere su declaración como fiesta de interés turístico, se da la circunstancia de que coincidirá el mismo fin de semana con las otras dos celebraciones que ya la tienen, el concurso de allipebre y la entrada de los Moros y Cristianos.