La Coordinadora de Hostelería de Barrios de Valencia ha mostrado su preocupación ante la futura Ordenanza Municipal de Protección contra la Contaminación Acústica que hoy ha pasado su primer trámite en el Ayuntamiento de Valencia.
Aunque la Coordinadora asegura que no conoce al detalle el borrador ya ha anunciado que presentará alegaciones para defender los derechos del sector.
Los hosteleros manifiestan que no tienen problemas con que se regule una distancia mínima entre establecimientos de hostelería "si sirve para garantizar la seguridad jurídica de los locales que ya están en funcionamiento y neutralizar el proceso de concentración que pueda producirse en determinadas zonas". Pero sin embargo muestran su profunda preocupación sobre lo que pueda aprobarse con respecto a las molestias que provocan sus establecimientos a algunos vecinos.
"Sin conocer el detalle del borrador lo que más preocupa al sector es la situación de las terrazas y los nuevos criterios que parece implantar a la hora de denunciar las supuestas molestias que puedan provocar" puede leerse textualmente en el comunicado remitido a los medios en el mismo párrafo en el que afirman "para la Coordinadora de Hostelería de los Barrios de Valencia esta ordenanza no puede establecer atajos para incrementar la presión sobre las terrazas y debe garantizar la definición de criterios objetivos y medidas técnicas rigurosas para evaluar el impacto ambiental de cualquier actividad económica o social".
Desde la Coordinadora se espera "que la ordenanza haya hecho un análisis ponderado de los diferentes focos acústicos del ruido, teniendo en cuenta que el tráfico, la convivencia vecinal en los edificios y problemáticas tan graves como la del botellón y los lateros son los principales focos emisores del ruido". Asimismo insisten en que "no se puede culpabilizar ni estigmatizar a la actividad económica de un problema del que es tan victima como cualquier otro agente económico y social de la ciudad".
En este sentido, para la Coordinadora urge hacer "un análisis riguroso sobre los diferentes focos de contaminación acústica que existen en la ciudad, tanto en horario diurno y nocturno que permita superar la permanente estigmatización de la actividad de la hostelería".
Al respecto, inciden en que "las pymes hosteleras y del ocio no pueden estar en el centro de un debate que no le corresponde, porque la actividad económica no puede ser nunca la principal causa del ruido en la ciudad, ya que, más bien, es una de las principales víctimas de un problema mal resuelto por las administraciones y, particularmente, en la ciudad de Valencia".
En este sentido, remarcan que la ordenanza debería abordar la "superación del modelo de la ZAS y establecer otros criterios de actuación para luchar contra el ruido protegiendo la actividad económica y los puestos de trabajo tan necesarios en estos momentos".