La X Feria de la Matanza de Zarra cerró sus puertas el domingo tras tres dÃas de emoción, tradición y convivencia que llenaron sus calles y plazas de vida. Miles de visitantes han peregrinado por este pueblo del interior valenciano, han conocido y respaldado el evento, consolidado como una cita imprescindible en la comarca del Valle de Ayora, y que ha desarrollado hasta 30 actividades diferentes. Los participantes han dicho sentirse atraÃdos por la autenticidad, la gastronomÃa y el cariño con el que se hace todo. El alcalde, Raúl MartÃnez, en sus palabras de inauguración del evento subrayaba que, en Zarra, "todo se hace con el corazón".
Desde el pasacalle de apertura el viernes, junto a la amenización de la Unión Musical Santa Ana de Zarra, hasta el cierre del domingo, la feria ha sido un despliegue de auténtica fiesta del recuerdo, de sabor y orgullo, reivindicando las raÃces, el legado de quienes vinieron antes y el valor de las mujeres y hombres que, con esfuerzo, mantuvieron viva la tradición de la matanza del cerdo, sÃmbolo de sustento y comunidad.
"Es impresionante lo que estamos viendo en Zarra; estos pueblos del interior tienen un potencial enorme y merecen más apoyo desde la capital", señaló el diputado provincial y alcalde de Utiel, Ricardo Gabaldón, en sus palabras de bienvenida, junto a alcaldes y concejales de los municipios vecinos, que no quisieron faltar al inicio.
Durante el fin de semana se ha vivido un ambiente multitudinario y familiar, especialmente el sábado, cuando el buen tiempo permitió disfrutar plenamente de los talleres, rutas, catas, música y espectáculos. "El sol fue el mejor aliado de una edición que ha superado todas las expectativas", resumÃan los colectivos locales participantes, volcados en mostrar lo mejor del pueblo. El programa de actividades volvió a conjugar tradición, gastronomÃa y dinamismo: rutas como la del Misterio de la Hoz, encuentros de tejedoras, talleres de miel (La colmena de doña Melosa), catas de vino de Bodegas Santa Cruz y de cerveza artesanal hecha en Zarra, degustaciones de embutidos y del turrón de grullos tÃpico de la comarca, actuaciones de la batucada Bazarraktu, baile regional, música, pasacalles y la participación del grupo Trapella de Dimonis, con una integrante zarrina. No faltaron los talleres infantiles, concursos, correfocs y actividades deportivas como el torneo de ajedrez.
El sabor fue uno de los grandes protagonistas: gachas, morteruelo, arroces, embutidos, carnes, pinchos morunos, encurtidos, miel, chocolate, tortitas y dulces caseros fueron algunos de los productos que llenaron las mesas y los sentidos, de la mano de los comercios y artesanos locales que año tras año siguen apostando por su pueblo. Entre ellos, la CarnicerÃa MarÃa Rosa, Bar Iván, Bar Paquete, CarnicerÃa La Zarrina y muchos otros negocios que forman parte de la historia viva de esta feria. El primer edil ha reconocido el esfuerzo colectivo. "Este evento es posible gracias a todos: asociaciones, comerciantes, voluntarios, colectivos y vecinos que creen en Zarra y en nuestro futuro. La feria demuestra que los pueblos pequeños movemos montañas cuando trabajamos unidos". MartÃnez ha destacado, especialmente, el trabajo del equipo joven que ha liderado la organización, "un grupo valiente y entregado que demuestra que en Zarra hay relevo generacional y muchas ganas de seguir adelante". En una población envejecida, la implicación de los más jóvenes, junto con la Dama, el Rey y la Reina de las fiestas, simboliza esa mezcla de pasado y futuro que hace tan especial esta celebración.
La feria ha sido también un ejemplo de colaboración comarcal, con la participación de colectivos como las Mujeres Estupendas Rurales, el grupo de danzas Ira Chacha, además del apoyo de Cruz Roja con talleres de primeros auxilios y la presencia de los Bomberos Forestales. Los visitantes llegaron desde puntos bien diversos de la Comunitat Valenciana: Alaquà s, Montserrat, Torrent, Genovés, Aldaia, Xest, La Roda, Xirivella, Alicante, atraÃdos por la vida rural. "Estos eventos son esenciales para revitalizar nuestros pueblos, crear comunidad y mantener vivas las raÃces", apunta Nuria Hernández, técnica de Turismo. También ha subrayado el valor turÃstico y emocional de la feria como motor contra la despoblación. "Somos un pueblo con alma, y la Feria de la Matanza es el mejor escaparate de todo lo que somos".
Chester de la Matanza
Uno de los momentos más emotivos de la inauguración fue el "Chester de la Matanza", un formato cercano y lleno de sentimiento en el que el alcalde, Raúl MartÃnez, conversó con cinco mujeres del pueblo -Ana, Belén, Amparo e Isabeles-, auténticas depositarias de la memoria local. Ellas recordaron cómo se vivÃa antiguamente la matanza, un acontecimiento familiar y comunitario que unÃa a las casas durante dÃas enteros, donde el cerdo era el sustento principal junto a la agricultura. Sus testimonios, llenos de anécdotas, recetas y emoción, sirvieron para reivindicar la esencia original de la feria, nacida precisamente de aquel espÃritu colectivo de compartir trabajo, alimento y tradición.
Con el cierre del domingo por la noche, entre música, bolitas saltarinas y alegrÃa compartida, Zarra volvió a latir con fuerza. La X Feria de la Matanza deja tras de sà un legado de orgullo y unión que confirma que, cuando un pueblo cree en sà mismo, no hay reto que se le resista. Estos dÃas, en Zarra no se ha visto despoblación, sino vida, encanto y orgullo rural. La X Feria de la Matanza ha convertido al municipio en un ejemplo para las aldeas y pueblos vecinos, cuyos vecinos repetÃan con admiración: "ojalá revitalizáramos asà los nuestros". Miles de personas han recorrido sus calles, confirmando que cuando una localidad se une y cree en sà misma, la despoblación se combate con ilusión, juventud y raÃces.
Un pueblo en plena modernización
Los visitantes han encontrado un pueblo en transformación, que avanza sin perder su esencia. Las obras en la carretera que une Zarra con Ayora, junto a la reconstrucción del edificio del Ayuntamiento, son una muestra visible de ese cambio. En pocas semanas culminarán unas obras que permitirán modernizar los servicios públicos desde la casa de todos, sÃmbolo del compromiso con el progreso y la calidad de vida de los vecinos. Vecinos y vecinas que regresaron tras años sin venir se mostraban sorprendidos por el potencial y la evolución del municipio. "Zarra tiene algo especial, se nota la ilusión y el trabajo que hay detrás", comentaba Mireia, integrante del grupo Trapelles de Dimonis de Barcelona, que participó en la feria y vivió el reencuentro con sus raÃces.