Valencia será la primera de las grandes ciudades europeas autosuficiente en suministro de agua potable en caso de emergencias y lo hará aprovechando el acuífero situado bajo la ciudad, de 2.500 Hm3, dos veces el embalse de Alarcón lleno, para situaciones de emergencias, tras una inversión global de 120 millones.
Según ha avanzado la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, durante el debate sobre el estado de la ciudad, el Ayuntamiento creará un sistema alternativo de suministro de agua potable si la red falla en caso de efectos provocados por cualquier tipo de emergencias.
Para el uso de esta agua en caso de emergencias la ciudad ha diseñado ya un Plan de Infraestructuras Críticas donde contempla una inversión de más de 120 millones de euros que permitirá diversas actuaciones.
Entre ellas, renovar y ampliar la red de agua en baja que dispone la ciudad ahora usada para el riego, construir 4 nuevos pozos municipales y 4 plantas potabilizadoras dentro de la ciudad para potabilizar agua de nivel freático en caso de urgente necesidad y la adquisición de "macrogrupos electrógenos de alta generación" diseñados a medida para mantener en funcionamiento los grupos de impulsión de las ETAP. Estos grupos permitirán activar, garantizar y poner en marcha las potabilizadoras en caso de apagón.
Catalá ha recordado que València y su área metropolitana estuvo en riesgo de perder el suministro de agua potable por los efectos de la dana de octubre y los del día del apagón que sufrió toda España en abril, por lo que el gobierno municipal trabaja en el Plan de Infraestructuras Críticas 2026-2031 que permitirá garantizar el agua a toda la ciudad y, a la vez, poder ampliar la red de cañones antiincendios.
El Ayuntamiento comprará macrogrupos electrógenos de alta generación diseñados a medida para mantener en funcionamiento las plantas potabilizadoras, en caso de apagón, y construirá 4 nuevos pozos municipales y 4 plantas potabilizadoras dentro de la ciudad para potabilizar agua de nivel freático en caso de urgente necesidad.
"Con estos nuevos pozos y estas nuevas plantas de potabilizadoras, en caso de excepción, la ciudad podría producir agua potable en una situación de emergencia. Así que, si se produce una rotura del canal Júcar-Turia, como ocurrió el día de la dana, o si dejamos de recibir agua del Túria porque nuestras plantas que están en otros municipios sufren un apagón o una rotura, podremos activar estos pozos municipales para garantizar el suministro de agua potable a nuestros vecinos", según la alcaldesa.
También se renovarán 8,6 km de tuberías arteriales críticas que actúan actualmente como "autopistas de agua potable", pues la rotura de alguna de ellas supondría el desabastecimiento de un tercio de la ciudad, el descenso de la presión de un cuarto de la ciudad o el desabastecimiento de las pedanías sur.
"Su renovación hará más fuerte al sistema y garantizará el agua a nuestros vecinos", ha pronosticado Catalá, quien ha añadido: "Vivimos en un momento en el que las amenazas, los riesgos y las emergencias, derivadas en muchos casos de los efectos fenómenos meteorológicos extremos, no son hechos excepcionales, sino realidades que pueden presentarse en cualquier momento".
A su juicio, la dana y el apagón evidenciaron la vulnerabilidad hídrica del sistema de suministro agua potable "y el Ayuntamiento va a actuar para robustecer el sistema".
"Y para hacer frente a estas vulnerabilidades hemos diseñado la Estrategia Valencia MÁS Segura del Ayuntamiento de Valencia. Una estrategia basada en dos puntos. La formación y la cultura de emergencia y la seguridad en las infraestructuras críticas", según Catalá.
Dentro de esta estrategia se incluye esta inversión de 120 millones de euros para disponer de una red de suministro de agua en caso de cualquier contingencia.
"Es un plan muy ambicioso y creo que debo ser didáctica en este punto: en estos momentos, la ciudad de Valencia tiene sólo 24 horas de almacenamiento en sus depósitos para garantizar el agua potable en una situación crítica y nuestro objetivo es aumentar esa capacidad de almacenamiento hasta las 48 horas y poder ser autosuficientes en caso de que todo falle", según Catalá.