Sancho y Carlos Julián rodeando al entonces alcalde, Leandro Benito. A la derecha, de rosa, el concejal tránsfuga socialista que se integró en el equipo de gobierno del PP. EPDA
El ex secretario del Ayuntamiento de Canet d’en Berenguer, José Antonio Sancho Sempere, capo de la mafia que asoló el Ayuntamiento
de Canet con la trama de las asesorías y que se enriqueció a costa
de las arcas municipales, contó con la inestimable ayuda de
concejales de la Corporación que cerraron los ojos y se taparon los
oídos para obviar las tropelías que durante años perpetró el
secretario municipal. Incluso, con algún concejal, pactó el desarrollo de oposiciones públicas, por las que Sancho beneficiaba a su familia y algún edil a familiares suyos. El Periódico de Aquí sigue investigando las maniobras y los tejemanejes
del que fuera secretario del municipio durante casi tres décadas.
Como
se ha publicado recientemente, Sancho Sempere tejió una espesa
tela de araña que envolvió a políticos adictos, empresarios
ambiciosos, funcionarios proclives y familiares íntimos, que
acabaron beneficiándose de los favores recibidos y que supuso un
enriquecimiento personal de Sancho Sempere por valor de más de un
millón de euros en efectivo mas otros bienes materiales de diversa
naturaleza. Según
las investigaciones llevadas a cabo por la Comandancia de la Guardia
Civil de Valencia a instancia de la Fiscalía Anticorrupción y del
Juzgado de Instrucción 12 de Valencia, durante el periodo
comprendido entre los años 2000 a 2015, Sancho Sempere acumuló un
colosal patrimonio compuesto por 57 cuentas bancarias, 4 inmuebles
urbanos, 82 fincas rusticas, vehículos de alta gama y un yate
privado (al que puso como nombre Millena que era el nombre de una
de las asociaciones que controlaba para sus manejos corruptos y, a la sazón, un municipio de la provincia de Alicante, donde Sancho y su familia compró numerosas tierras y terrenos).
Todo
este entramado fue posible porque Sancho Sempere contó con
colaboradores situados en sitios estratégicos y porque creó un
sistema de saquear fondos públicos que pasó inadvertida al parecer
para los concejales de tres legislaturas municipales distintas.
No
tiene razón de ser que los concejales no supieran nada de tales
desmanes de Sancho Sempere que iban desde pelotazos urbanísticos
hasta oposiciones amañadas, pasando por contrataciones directas de
entidades asesores.
Y
decimos que no se entiende esa ignorancia porque los medios de
comunicación y, sobre todo, El Periódico de Aquí, desde el año
2011 venía informando de todas las tropelías cometidas por Sancho
Sempere con absoluto desprecio de la más elemental ética y con
vulneración flagrante de la legalidad. El
caso más relevante de concejales adictos a Sancho Sempere fue el de
Carlos Julián Zahera, que además de amigo personal del ex
secretario, fue presidente de la una de las entidades controladas por
Sancho Sempere, Pangea Arco del Mediterráneo.
La
Asociación Pangea Arco Mediterráneo se fundó el 7 de junio de 2002
para realizar «programas y actividades a favor la integración y
desarrollo de los inmigrantes y colectivos en riesgo de exclusión». La
conexión de Sancho Sempere con Carlos Julián Zahera, quedó
retratada cuando ambos fueron procesados por la justicia por cobrar
el dinero de unas subvenciones públicas que fueron a parar a los
bolsillos del ex secretario.
El
caso fue juzgado en la Audiencia Provincial de Valencia por el
supuesto desvío de una subvención de la Junta de Andalucía
dedicado a inmigrantes a través del chiringuito creado por Sancho
Sempere para su propio beneficio. La Fiscalía pidió 7'5 años de
cárcel al ex secretario de Canet d'En Berenguer y al ex concejal
Carlos Julián por estafa, delito de falsedad en documento mercantil
y oficial y blanqueo de capitales.
Y
surgen las siguientes preguntas:
¿Cómo es posible que ninguno de los concejales electos del
municipio advirtieran la existencia de todos esos abusos y las
anomalías que Sancho Sempere estuvo sometiendo durante años?
¿Por qué motivo no pusieron en conocimiento de la comisión anti
fraude las prácticas delictivas que Sancho Sempere está cometiendo
en Canet?
¿Por qué no pusieron en conocimiento de la administración de
justicia tales desmanes?
¿Por qué motivo no acudieron a la Fiscalía para denunciar los
delitos?
Tan
grande y público era el escándalo por multitud de asuntos turbios
que, finalmente, llegó a la justicia y Sancho Sempere como
consecuencia de las graves irregularidades observadas y, solo en el
periodo comprendido entre el 2007 y el 2013, fue encausado
judicialmente y posteriormente condenado a pena de prisión.
Primero
fue el Tribunal Supremo que confirmando la sentencia inicial
de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial condenó a Sancho
Sempere y a la ex alcaldesa de Pobra de Fanal Natividad García
Castellar en los siguientes términos:
“Debemos
condenar y condenamos a José Antonio Sancho Sempere y Natividad
García Castellar, como responsables criminalmente en concepto de
autores de sendos delitos de cohecho, sin la concurrencia de
circunstancias modificativas, a las penas de 2 años de prisión,
multa de 13 meses a razón de 20 euros diarios e inhabilitación
especial del derecho de sufragio pasivo durante la condena para José
Antonio Sancho Sempere, y a las penas de 2 años de prisión, multa
de 13 meses a razón de 20 euros diarios e inhabilitación especial
de empleo y cargo público y derecho de sufragio pasivo durante 4
años para Natividad García Castellar; imponiendo a ambos el pago de
costas procesales proporcionalmente devengadas”.
Y en
el año 2022 el Juzgado de lo Penal 18 de Valencia en virtud
de sentencia de fecha 21 de julio de 2022 condenó a Sancho Sempere
por delito continuado de prevaricación administrativa en concurso
con otro delito también continuado de negociaciones prohibidas a los
funcionarios públicos y actividades prohibidas.
La
sentencia judicial que es firme y fue aceptada por Sancho, dice:
“Que
según se anticipó oralmente en el Juicio, debo CONDENAR Y CONDENO a
José Antonio Sancho Sempere como autor de un delito continuado de
prevaricación administrativa del art. 404 y 74 CP, en su redacción
original vigente en la fecha de los hechos en concurso medial con un
delito continuado de negociaciones y actividades prohibidas a los
funcionarios públicos y de los abusos en el ejercicio de su función
del art. 439 CP y 74 CP, en su redacción dada por la LO 5/20, con la
concurrencia de la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas
como muy cualificada, a la pena de SEIS MESES DE PRISIÓN y ACCESORIA
DE INHABILITACIÓN ESPECIAL PARA EL EJERCICIO AL DERECHO AL SUFRAGIO
PASIVO DURANTE LA CONDENA, 6 MESES DE MULTA A RAZÓN DE UNA CUOTA
DIARIA DE 10 EUROS CON RESPONSABILIDAD PERSONAL SUBSIDIARIA EN CASO
DE IMPAGO de un día de privación de libertad por cada dos cuotas de
multa no satisfechas y 12 MESES DE INHABILITACIÓN ESPECIAL PARA EL
CARGO DE FUNCIONARIO DE LA ADMINISTRACIÓN LOCAL CON HABILITACIÓN
NACIONAL; y abono de las costas procesales (incluidas las de la
acusación particular).
Pero
lo relevante de esta última sentencia es que Sancho Sempere
reconoció de forma expresa que era él el que dirigía, gestionaba y
controlaba a la Academia Valenciana de Juristas y así la sentencia
dice:
“Para
ocultar su condición de director de la ACADEMIA VALENCIANA
DE JURISTAS (AVJ) puso al frente de la misma a tres
profesionales del derecho desconocedores de los términos en los que
se formalizaban las contrataciones pactadas entre la AVJ con sus
clientes se encargaron siguiendo las indicaciones del acusado de
tramitar los pleitos que les eran encomendados a la AVJ. Estos tres
profesionales así como otras personas ajenas fueron incluidas por el
acusado como miembros de la junta de gobierno de la AVJ, pero
lo cierto era que quien la dirigía y gestionaba era el acusado”.
En
la trama de las asesorías investigada por la justicia ha quedado
probado también que el consistorio estaba en manos de Sancho, dueño
igualmente de otra entidad denominada Academia Valenciana de
Juristas, que se quedó con los servicios jurídicos -hasta el
2015- gracias a concursos negociados sin publicidad gestionados por
su hija Carmina y su amigo Salvador Vidal y que estaban amañados, al
invitar en 2011 y 2013 al propio Sancho a través de su empresa José
Antonio Sancho Abogado SLP y a la mujer de éste, Amparo Sancho
González, respectivamente. En definitiva, todo un sistema
perfectamente organizado para controlar el Consistorio y, de paso,
sacar dinero público.
Esto
al parecer no importaba nada a los concejales municipales.
Pero
conviene recordar que según varias leyes que integran el
ordenamiento jurídico español, los ciudadanos estamos obligados a
poner en conocimiento de las autoridades correspondientes todos los
delitos de lo que tengamos conocimiento.
Este
principio tiene mayor relevancia para las autoridades y funcionarios
públicos por razón de sus cargos oficiales y de sus competencias
dentro de la administración pública y más en concreto dentro de la
administración local.
El concejal de un Ayuntamiento, según la normativa correspondiente, es
una autoridad pública que es elegida para formar parte del
Ayuntamiento o gobierno local,
debiendo velar por el bienestar y desarrollo de la comunidad.
Por
lo tanto, los concejales como autoridades que son pueden haber
cometido, presuntamente, un delito de omisión del deber de
perseguir delitos, castigado con penas severas en el Código
Penal cuyo artículo 408 dice:
“La
autoridad o funcionario que, faltando a la obligación de su cargo,
dejare intencionadamente de promover la persecución de los delitos
de que tenga noticia o de sus responsables, incurrirá
en la pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público
por tiempo de seis meses a dos años.”
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En diciembre saldrá a la venta el libro 'El zorro en el gallinero' que contará toda la historia de corrupción de Sancho, funcionarios y empresarios en Canet.
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