Tanto el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valencia, integrado por PP y Vox, como los partidos de la oposición, Compromís y PSPV-PSOE, suspenden en la valoración que hace la ciudadanía de su labor política. Así lo refleja una encuesta realizada por Sym Consulting para El Periódico de Aquí, que muestra un escenario de desconfianza generalizada hacia ambos bloques. Aun así, el estudio señala una diferencia significativa: el ejecutivo municipal recibe un porcentaje mayor de valoraciones positivas que los partidos de la izquierda, lo que introduce una paradoja en la interpretación del conjunto de los resultados.

Según los datos del sondeo, la acción del equipo de gobierno obtiene un 33,5% de valoraciones favorables, fruto del 19,5% que la califica como ‘muy bien’ y del 14% que la considera ‘bien’. No obstante, el peso de las valoraciones negativas es notablemente superior, ya que un 57,8% de los encuestados suspende la gestión del ejecutivo local. Dentro de este bloque, un 27,9% la juzga ‘mala’ y un 29,9% ‘muy mala’, siendo esta última la respuesta más frecuente de toda la encuesta. El resultado dibuja una percepción globalmente crítica hacia el equipo liderado por María José Catalá, pese al tercio de apoyos que conserva.

La oposición formada por PSPV y Compromís tampoco sale bien parada. Sus valoraciones positivas ascienden al 28,7%, una cifra inferior a la del gobierno. En este caso, el 12,7% califica su labor como ‘buena’ y el 16% como ‘muy buena’. Sin embargo, predominan también las opiniones negativas, que alcanzan el 45,5%. De ellas, un 19,3% considera su labor ‘mala’ y un 26% ‘muy mala’. Aunque la oposición cosecha un rechazo extremo algo menor que el gobierno, la falta de apoyos claros hace que su valoración global resulte igualmente baja.

El factor que explica la diferencia entre ambos bloques es la categoría “regular”. Mientras que un 26% de los encuestados recurre a esta opción al valorar la labor de la oposición, solo un 8,8% la utiliza para calificar al gobierno. Esta distribución muestra que la izquierda concentra un volumen mucho mayor de ciudadanos indecisos o moderados, que no se inclinan ni hacia la aprobación ni hacia el rechazo rotundo. En cambio, el gobierno divide más claramente a la ciudadanía entre apoyos firmes y críticas contundentes.

El análisis por sexo revela matices relevantes. Entre los hombres, la severidad es mayor con el ejecutivo: un 30,6% califica con ‘muy mal’ la gestión del gobierno, frente al 29,3% de las mujeres. En la valoración de la oposición se repite la tendencia: los hombres alcanzan un 28,8% de ‘muy mal’, mientras que las mujeres se quedan en un 23,6%. Además, ellas concentran un porcentaje ligeramente superior de notas positivas, lo que sugiere un enfoque menos polarizado en su evaluación política.

La edad marca aún más diferencias. El tramo de 30 a 44 años es el más crítico con el gobierno, con un 32,9% de ‘muy mal’, seguido de los jóvenes de 18 a 30 años, que alcanzan un 31,8% de suspensos. A partir de los 45 años, la percepción se suaviza y entre los mayores de 65 años aumenta la presencia de valoraciones aprobatorias. En la oposición, los más críticos son los ciudadanos de entre 45 y 64 años, con un 33,8% de ‘muy mal’, mientras que los de entre 30 a 44 constituyen el segmento más favorable, aunque con tan solo un 15,1% de gente que considera la acción como ‘muy buena’.