Imagen de la planta. /EPDAUna reacción química ha obligado a cerrar de manera temporal la planta de transferencia de residuos de la SAG, situada en el polígono Sepes de Sagunt. El incidente se ha producido cuando un camión procedía a descargar material sobre la tolva número 3 de las instalaciones.
El personal trabajador presente ha detectado humo procedente de los residuos e intentaron extinguirlos por sus propios medios. Pero en vez de contener la combustión, se desencadenó una reacción química que generó una nube tóxica alrededor de ellos. De forma inmediata, se ha activado el protocolo de emergencia y los bomberos y la Policía Local han acudido rápidamente.
Tras las primeras evaluaciones, decidieron verter la basura en el suelo de la planta para dispersarla y minimizar los riesgos. El fuerte olor a productos químicos, principalmente amoniaco y lejía, confirmó que entre los residuos se habían mezclado con sustancias peligrosas de origen doméstico, los cuales nunca deben depositarse con la basura convencional.
A causa de la inhalación de estos vapores tóxicos, dos trabajadores fueron trasladados al Hospital de Sagunto, donde recibieron atención médica. Su estado no ha revestido gravedad y horas más tarde han sido dados de alta.
Como medida preventiva, la planta ha suspendido la actividad durante la mañana de hoy, martes 9 de septiembre. Durante este tiempo, equipos de emergencia han evaluado y limpiado la zona afectada antes de autorizar la reanudación gradual del servicio. En el plano logístico, la interrupción obligó a trasladar los camiones de basura a la planta de Algimia, perteneciente al Consorcio C3/V1.
Gestión responsable de residuos
Este incidente ha subrayado la importancia de separar adecuadamente los residuos y depositarlos en los contendores indicados. Tanto la SAG como el Ayuntamiento de Sagunto han recordado a la ciudadanía que el Ecoparque fijo y el ecomóvil de la ciudad están disponibles para el depósito de materiales peligrosos.
Entre los elementos que nunca deben mezclarse con la basura convencional destacan las pilas y baterías ya que contienen metales pesados que contaminan el entorno y pueden provocar incendios, las pinturas y disolventes que liberan vapores tóxicos y son altamente inflamables, las lámparas fluorescentes que incluyen mercurio y otros compuestos nocivos, los aerosoles que presentan el riesgo de explosión y de incendio y productos de limpieza doméstica con combinaciones como amoniaco y lejía que generan gases nocivos y reacciones peligrosas.
Lo ocurrido en la planta es el claro ejemplo de que la ciudadanía debe ser rigurosa a la hora de depositar los residuos en sus lugares correspondientes. Para ello es imprescindible la concienciación y sensibilización ambiental para conocer de primera mano la correcta separación de los residuos en el hogar y dónde depositarlos correctamente. No es solo un deber ambiental sino una cuestión de seguridad colectiva.
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