¿Cómo valora su paso por la secretaría general comarcal?
Han sido años muy complicados para la economía y el empleo en los
que nos hemos tenido que enfrentar a situaciones muy dramáticas,
sobre todo cuando tuvimos que afrontar los cierres de Galmed y de
Bosal, con una enorme destrucción de empleo en nuestra comarca pero
también con un intenso trabajo colectivo por el sostenimiento de
nuestra industria. En estos momentos, creo que con lo que me quedo es
con haber podido formar parte de esa capacidad de movilización y
lucha colectiva que siempre ha tenido y sigue teniendo el Camp de
Morvedre.
¿Cuál ha sido el momento que le ha reportado mayor satisfacción?
Ha habido algunos momentos muy buenos, sobre todo cuando se han
conseguido acuerdos que han permitido sostener empleos, cuando se han
conquistado derechos laborales en la negociación colectiva o en los
tribunales, así como cuando se han conseguido inversiones que
garantizan el crecimiento y el futuro económico de nuestro
territorio, pero sin duda, creo que el momento actual es uno de los
que más satisfacción personal me aporta porque he logrado concluir,
de la manera más honesta que he podido, mi compromiso con el
sindicato y con la clase trabajadora.
Durante su mandato, ha vivido una dura crisis económica que se ha
traducido en una merma considerable de los puestos de trabajo. ¿Qué
ha supuesto para el empleo comarcal esta crisis? ¿Nos habíamos
recuperado antes del inicio de la pandemia?
Empecé mi primer mandato con la crisis del 2008 y concluyo este
tercer mandato con la crisis de la Covid. Los costes en términos de
empleo en la crisis del 2008 fueron devastadores para toda la comarca
y, además, cuando aún no habíamos recuperado las tasas de empleo
anteriores a la crisis de la burbuja inmobiliaria nos topamos con un
nuevo monstruo de dimensiones diferentes, con efectos más amplios,
profundos e inciertos. Por el momento no pueden evaluarse cuales van
a ser las consecuencias de esta crisis de origen sanitario que ha
derivado en una crisis económica y social de dimensiones mundiales,
pero lo cierto es que la salida va a depender mucho de las decisiones
políticas que se adopten y de las opciones de cooperación que se
decidan, porque va a ser necesario incorporar la dimensión social si
queremos encontrar una salida centrada en el ser humano que haga
frente a las desigualdades, la exclusión social y la pobreza.
¿Cuándo se inició en el sindicalismo y por qué decidió asumir la
secretaría?
Estoy afiliada a CCOO desde finales de los años 80 y de manera más
activa desde el año 2003 cuando me incorporé como delegada en la
sección sindical del Ayuntamiento de Sagunto. Posteriormente en el
año 2008 me propusieron asumir la Secretaría General de CCOO en la
Camp de Morvedre y Alto Palancia y pensé que era un buen momento
para asumir personalmente este reto y además poner rostro de mujer
en un cargo que históricamente siempre había sido ocupado por
hombres, además, en una comarca con una marcada actividad industrial
donde las mujeres estaban claramente infrarrepresentadas.
¿Qué le ha motivado en los momentos difíciles al frente del
sindicato?
El sentido de la responsabilidad es lo que siempre me ha guiado y me
ha permitido continuar sin tirar la toalla en momentos tan duros como
fueron los cierres de empresas, especialmente el de Bosal que para mí
fue claramente de los peores que he vivido en esta etapa.
¿Cree que las medidas adoptadas para aliviar los efectos de la
pandemia (ERTEs y otras ayudas) compensan la difícil situación que
atraviesan distintos sectores económicos en nuestra comarca? ¿Cuáles
han sido los más perjudicados?
Las medidas adoptadas por el Gobierno de España en materia laboral
con los ERTEs creo que están siendo eficaces para evitar la
destrucción masiva de empleo y la pérdida de derechos laborales, a
diferencia de lo que ocurrió en la crisis del 2008 donde se
priorizaron los intereses económicos de las grandes compañías con
duras medidas laborales de dramáticas consecuencias para la clase
trabajadora.
En cuanto a las ayudas, que además van dirigidas a los sectores que
más están siendo afectados por las medidas de restricción del
contacto social decretadas para hacer frente a la pandemia, me temo
que no están llegando con la rapidez que precisan las pequeñas
empresas y los autónomos, además creo que son claramente
insuficientes para compensar el sacrificio que están haciendo estos
sectores. Si no somos capaces de sostenerlos no podrán mantenerse
tras la reactivación de la actividad y la economía y estamos
hablando de actividades tan importantes para nuestra economía como
son la hostelería, el comercio, los servicios, ect. Es decir, una
parte muy importante de pequeñas empresas y autónomos que se verían
obligados al cierre y con la consiguiente pérdida de empleos. Sería
un auténtico desastre
Durante
su mandato, ha experimentado importantes cambios en la legislación,
referentes a la protección social de los trabajadores y
trabajadoras. ¿Cuáles destacaría? ¿Qué queda por conseguir en
este aspecto?
Durante
la crisis del 2008 se legisló mucho y de manera general muy
contrariamente a los intereses de los/as trabajadores/as, de hecho,
se tuvieron que convocar hasta tres huelgas generales frente a dichas
reformas y aún hoy en día desde CCOO continuamos exigiendo la
derogación de la reforma laboral del 2012.
En
cuanto a las medidas de protección que se están legislando
actualmente hay que destacar los ERTEs que han permitido mantener el
empleo frente a la destrucción masiva que ocurrió en la crisis del
2008 y el establecimiento del ingreso mínimo vital destinado
dirigido
a prevenir el riesgo de pobreza y exclusión social.
Las
empresas de nuestra comarca, ¿aprueban o suspenden en medidas de
protección de la salud y la seguridad?
De
todo hay, pero está claro que en las empresas donde existe una
intensa actividad sindical la seguridad, la salud y el medio ambiente
están mejor tratados, ya que los trabajadores/as somos los primeros
interesados en que se invierta y se tomen en serio estas materias. En
nuestra comarca hay una importante actividad sindical,
por tanto, yo creo que
aprobamos de manera general, aunque eso no elimina todos los riesgos
y a veces se producen accidentes terribles por lo que hay que seguir
trabajando para evitarlos.
La siniestralidad en el trabajo se ha reducido notablemente en la
última década, pero ¿considera suficientes las medidas adoptadas
por las empresas para evitar accidentes?
Lo cierto es que tras las crisis económicas siempre se produce un
retroceso en las inversiones en prevención y en seguridad. En el
Camp de Morvedre en los últimos años hemos sufrido accidentes
laborales trágicos, algunos de ellos marcados por la dolorosa
perdida de la vida de compañeros, y el objetivo es que no se vuelvan
a producir. No es asumible la perdida de la vida por realizar un
trabajo.
¿Cómo ha variado la actividad económica en la comarca durante su
mandato?
Se ha producido un incremento importante en la precariedad y la
temporalidad en algunos sectores, aunque afortunadamente el motor de
la industria siempre ha generado empleos estables y de mayor calidad,
por eso el empeño desde CCOO en que era necesario reindustrializar
la comarca para compensar las deslocalizaciones que se produjeron
tras la crisis del 2008.
¿Cómo valora los avances que está consiguiendo el sindicalismo en
Pilkington Automotive?
Creo que Pilkington es un claro ejemplo de como la negociación
colectiva y el diálogo social consiguen remontar situaciones
complejas y difíciles para reconvertirlas en oportunidades. Recuerdo
que a comienzos del 2009 anunciaron 190 despidos y se acabó
negociando un plan de 112 prejubilaciones, años después se
acordaron otros compromisos que permitieron mantener el empleo y
realizar algunas inversiones y actualmente, aunque el momento es muy
delicado por los problemas que está atravesando el sector de los
componentes del automóvil, estoy convencida de que llegaremos a
laborar un plan industrial de viabilidad que permita el mantenimiento
de la línea de laminado en las instalaciones de Sagunto.
Normalmente, las relaciones entre los sindicatos y la patronal no
suelen ser tan positivas como en el caso comarcal. ¿Cómo es su
relación con Asecam?
Yo creo que ASECAM acertó cuando eligió a Cristina Plumed como
Presidenta porque ha sabido conducir a la organización empresarial a
ser un referente social imprescindible en la comarca aglutinando
tanto a las grandes empresas como a las más modestas, de todos los
sectores, en torno a un proyecto común. Cristina y yo siempre hemos
mantenido una relación excelente y creo que tanto ella, como
representante de ASECAM, como yo, representando a CCOO, siempre hemos
tenido claro cuál era nuestra prioridad: el sostenimiento de la
actividad productiva y del empleo, por eso siempre hemos estado del
mismo lado. Además, entenderse y llevarse bien con Cristina es lo
más fácil del mundo porque es una excelente persona, muy honesta,
generosa y trabajadora, que sabe hacer muy bien su trabajo y que hace
muy sencillo el trabajo conjunto.
¿Cómo ve el futuro del sindicalismo en el Camp de Morvedre? ¿Y en
el resto de la Comunitat?
El sindicalismo, como toda actividad humana, debe replantearse muchas
cuestiones porque la globalización ha configurado un escenario
diferente y complejo, donde las herramientas sindicales de hace
décadas a veces dejan de ser efectivas y hay que reinventar nuevas
fórmulas que permitan llegar a todos los trabajadores/as. Lo que
está claro es que sea cual sea la condición o naturaleza de los
trabajadores/as, mientras exista clase trabajadora existirá la lucha
de clases y sea como sea nos organizaremos para defender nuestros
derechos.
En el Camp de Morvedre existe una histórica actividad sindical que
es un motor imparable. Somos un territorio donde llevamos en el ADN
el sindicalismo y la lucha obrera y eso es una garantía de futuro
para que en las empresas estemos organizados y seamos capaces de
continuar defendiendo nuestra industria y nuestro tejido productivo.