Enrique Bañuelos, el joven y ambicioso empresario que recaló en el Ayuntamiento de Canet d'En Berenguer como objetor de conciencia y conoció a José Antonio Sancho Sempere. La trama urbanística y la red de contactos y negocios a través de los cuales el ex secretario del ayuntamiento José Antonio Sancho Sempere manejó la expansión del municipio para favorecer sus propios intereses y los de su círculo familiar. A continuación se aborda cómo se produjo el arranque de la expansión urbanística desaforada en el término municipal, que naturalmente, supuso pingües beneficios a Sancho y a su entorno familiar. El Periódico de Aquí, como fruto de una larga y compleja investigación, ha ido desgranando cómo fue posible que el secretario de un ayuntamiento relativamente pequeño como el de Canet, se hiciera con el control del poder municipal y tejiera una vasta red de corrupción capaz de abarcar todos los centros clave de la gestión económica de la corporación.
Todo comienza con un joven y ambicioso estudiante de derecho que a los 19 años vendió una empresa llamada Miel de Luna, dando un buen pelotazo y, posteriormente, ante el servicio militar obligatorio se declaró objetor de conciencia y pasó una temporada trabajando a cambio de la 'mili' en el ayuntamiento valenciano de Canet d'En Berenguer. Esos meses fueron muy provechosos para el joven empresario, pues se empapó de primera mano de la legislación urbanística junto al secretario del Ayuntamiento.
El joven se llamaba Enrique Bañuelos de Castro y el secretario del Ayuntamiento, José Antonio Sancho Sempere.
Una historia repleta de cómplices, entre políticos, funcionarios y empresarios, que quedará plasmada en una libro que se publicará en diciembre de 2024 con el título de 'El zorro en el gallinero'.
Con la licenciatura en Derecho debajo del brazo, la diplomatura en Dirección de Empresas por la Escuela de Organización Industrial (EOI) en el otro brazo y la experiencia como ayudante en el consistorio en la cabeza, Enrique Bañuelos, vio un auténtico filón en la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística aprobada por el gobierno valenciano de Joan Lerma en 1994. Una norma que permitía la figura del 'agente urbanizador', que permitía comprar terrenos rústicos a un precio de saldo, negociar con ayuntamientos y Generalitat para que lo calificasen como urbanizable y luego venderlo a cualquier promotor. El milagro de los panes y los peces, sin apenas tener terrenos ni una gran riqueza previa.
Con el beneplácito del Gobierno de Eduardo Zaplana (recientemente condenado por delitos relacionados con la corrupción) que no modificó la ley de los socialistas, Bañuelosse lanzó por toda la costa valenciana, desde Vinaròs hasta Alicante, con su fórmula secreta abriendo suelo y vendiéndolo a los constructores de la zona. Su gran proyecto fue Canet d'En Berenguer, la localidad costera cercana a Sagunto, donde levantó cientos de apartamentos en plena moda por tener una segunda vivienda, mientras los bancos 'regalaban' el crédito.
El origen de su fortuna pues se remonta a 1999, cuando funda la inmobiliaria valenciana Terra Canetpara construir una urbanización en la playa de Canet d'en Berenguer.
La fiebre de la vivienda le enriquecería lo suficiente para dar el salto bursátil siete años después y surgió ASTROC, que tiempo después entraría en barrena dejando en la estacada a muchos ahorradores atraídos por el encanto del joven empresario saguntino.
Y siempre con la inestimable ayuda del Ayuntamiento de Canet y de su secretario corrupto, José Antonio Sancho Sempere.
Hacemos aquí un paréntesis para decir que Sancho Sempere ha sido condenado por tres tribunales en diferentes años por el delito continuado de prevaricación, por el delito de cohecho y por el delito se negociaciones prohibidas a los funcionarios públicos. Y todo con relación a las investigaciones que se iniciaron en el año 2013 tanto por la Fiscalía Anticorrupción como por el Juzgado e Instrucción 12 de Valencia, que contaron con un exhaustivo informe elaborado por la Unidad de Delitos Urbanísticos y Económicos de la Comandancia d de la Guardia Civil de Valencia.
Dicho esto ocurrió que la corporación municipal de Canet alabó sin reservas al rico empresario, EnriqueBañuelos, que había instalado en el pueblo un modelo urbanizador impulsando la recaudación y con ella la modernización de todas las infraestructuras municipales por la construcción de los apartamentos en parcelas donde antes de que llegase él sólo había naranjos.
Al margen de este horror urbanístico ocurrió también que Bañuelos ideó otros dos proyectos singulares en terrenos públicos: El Instituto Valenciano de la Paella y la Escuela de Hostelería. El flamante Instituto Valenciano de la Paella fue inaugurado justo 9 días antes de la debacle de Astroc en bolsa, el 9 de abril de 2007 y apenas se usó durante años sufriendo además las consecuencias de un abandono que, además, se ha agravado con el saqueo de sus instalaciones.
Junto a ello, la Escuela de Hostelería, que se anunció como fuente de formación y empleo, tuvo escasa actividad, siempre realizada además en un local que a los ojos del visitante es un restaurante más de la zona de la playa, con pistas deportivas, y no un centro publicitado por esta faceta formadora.
Estas dos iniciativas habían sido impulsadas por Bañuelos a través de la empresa Golf Residencial El Puig SL y como reconoció en su momento la ex alcaldesa Amparo Mañó, el Consistorio ''tenía muchas esperanzas en ellas como fuente de creación de empleo y de riqueza para la localidad». Por ello, según apuntaba, el ayuntamiento «autorizó su instalación en el suelo público por un periodo de 50 ó 75 años, a cambio de un canon y con la garantía de que, tras ese plazo, las instalaciones pasarían a ser propiedad municipal''.
Más de cinco años después, sin embargo, la realidad fue muy distinta; quizás, como apunta Mañó, porque la debacle de Astroc marcó el destino de esos dos proyectos envueltos en las potentes banderas de la gastronomía y del plato valenciano con más tirón.
Los 200 paelleros del Instituto, sus instalaciones deportivas, vestuarios, sus salas, su barra de bar y su parque se han llenado de vida escasas veces: Para la inauguración, una cena de hermanamiento, algunos campeonatos organizados por el ayuntamiento y poco más.
Además, sus pistas deportivas dejaron de usarse a la espera de la resolución del contencioso administrativo que interpuso el consistorio a la empresa propietaria alegando un incumplimiento del contrato firmado en su día.
El alcalde, Octavio Herranz (PSOE), decidió en 2010 dar este paso ya que, según apuntó el ayuntamiento en aquel momento, la firma no estaba explotando las instalaciones deportivas en el plazo prefijado. Antes de dar este paso, el consistorio había intentado lograr una solución amistosa con la empresa que se había quedado el complejo, Quabit, una mercantil que inicialmente sí estuvo vinculada a Bañuelos hasta que éste vendió la firma Kavaal Real Estate a través de la que indirectamente ostentaba una participación minoritaria en la compañía. El ayuntamiento incluso llegó barajar que Quabit permitiera el alquiler de los paelleros a los dueños de los muchos apartamentos circundantes ya que algunos se habían interesado en esa posibilidad, al carecer de espacio en sus casas para hacer estos guisos. Pero todo fue inútil.
El alcalde, Leandro Benito (PP), reabrió las negociaciones con Quabit una vez alcanzada la alcaldía e intentó que esta firma ''subarrendara las pistas deportivas para que alguien las explotara y el pueblo contase con este servicio'', según explicaba a este diario. Sin embargo, nunca logró contestación.
Aunque el alcalde no tiró la toalla a la hora de reabrir estos dotacionales deportivos amistosamente, reconoce que «la vía del contencioso está ahí y parece que la resolución va a salir pronto aunque estaría muy bien dar uso igualmente a los paelleros significaría un aliciente más y una opción de ocio interesante», decía mientras Quabit no llegaba a contestar a los requerimientos realizados para que pudiera dar su versión de estos hechos.
La llamada Escuela de Hostelería, queda solo en teoría. La iniciativa, en la práctica, se ha transformado en un restaurante que alberga una entidad de formación que, si bien fue constituida y todavía tiene como presidente al entonces alcalde, Octavio Herranz, en realidad «sólo ha dado algún cursillo de hostelería esporádico», según indicaba el primer edil, quien señala que el equipo de gobierno va a revisar todo lo concerniente a esta escuela. «Vamos a ver cuáles son los estatutos y el funcionamiento para ver si podemos darle un mejor uso», indicaba Benito.
El Instituto Valenciano de la Paella de Canet d´ En Berenguer ha sido blanco del saqueo y de los actos vandálicos. Este amplio espacio ubicado en una zona dotacional de la playa de Canet d' En Berenguer fue impulsado después por una empresa vinculada entonces a Enrique Bañuelos con más de 200 paelleros, zona de restauración, un parque infantil e instalaciones deportivas. Tras llevar años sin uso alguno, los ladrones se han llevado todos los grifos y los desagües de los fregaderos situados al lado de los paelleros. La persiana de la barra del bar fue destrozada y quedó muy poco material que había para poder trabajar. Las salas para servicios de restauración y otros usos también fueron asaltadas y en ellas abundaban tanto las pintadas como los destrozos. Un panorama muy alejado de aquel proyecto que prometía promover la paella, pero que, en realidad, apenas cumplió ese objetivo un día: Aquel 9 de abril de 2007 cuando se inauguró el recinto con un festival de paellas para mil personas donde, como correspondía a la época del «boom inmobiliario», todo era gratis, desde los utensilios a los ingredientes. El único requisito que se pidió para participar era cocinar y degustar los platos en el recinto. La cita incluyó además un gesto social. En concreto, se hizo una paella para cien personas, que fue donada a las residencias de la tercera edad.
No obstante, ni Amparo Mañó, ni Octavio Herranz, ni Leandro Benito siendo alcaldes, volvieron la vista hacia el origen de todos estos males: la siniestra figura de Sancho Sempere que por acción y/o por omisión permitió que tales hechos se produjeran.
José Antonio Sancho, secretario de Canet d'En Berenguer, en su momento decidió quitar al hijo del empresario Sánchez Amores como administrador único de Millena III Milenio. El motivo por el cual un testaferro de Sancho Sempere figuraba como gerente en una empresa propiedad del secretario nunca se supo. Pero ya se sabe que un testaferro no es sino un instrumento del propietario para ocultar la titularidad de algo.
En todo caso MILLENA III MILENIO es una de las primeras asociaciones que Sancho Sempere fundó para comenzar el saqueo de fondos públicos y su enriquecimiento personal y el de su familia y que duró varios años.
Cuando en 2013 la justicia tomó cartas en el asunto y por orden del Juzgado y de la Fiscalía, la comandancia de la Guardia Civil elaboró un exhaustivo informe sobre las actividades de Sancho Sempere en el periodo comprendido entre los años 2007 a 2013.
En dicho informe y con respecto a la entidad MILLENA III MILENO obtuvieron la siguiente información sobre cuentas bancarias de dicha entidad:
"Existen una serie de Cuentas en las que según datos aportados por la entidad bancaria se observan los siguientes movimientos bancarios:
1.- En la Cuenta numero0030-xxxxxxxxxxxse observa en diferentes fechas y bajo el concepto de "orden de imposición en contrato aplazo 0030 xxxxxxxxxxxporuntotalde150.000€.
2 Cuenta número 0030-xxxxxxxxxxxxxxx en la que según datos aportados por la entidad bancaria existe un "Contrato financiero a plazo monetario Plus para un total de 150.000€ ,vinculado con la cuenta 0030-xxxxxxxxxxxx.
3.- Cuenta número 0030-xxxxxxxxxxx enla.que según datos aportados por la entidad bancaria existe un "Contrato financiero a depósito triple por un total de 150.000€.
4.-Cuenta número 0030xxxxxxxxxxx en la que según datos aportados por laentidadbancaria existe una"lmposici6nen contrato a plazo "porun totalde90.000 €,vinculadocon la cuenta 0030-xxxxxxxxxxxxx.
5.-..Cuenta numero 0030-xxxxxxxxxxxx en la que según datos aportados por la entidad bancaria existe un "Depósito mundial por un total de 90.000 €. "
Lo que hace un total de 630.000 euros.
Resulta evidente que la entidad MILLENA III MILENIO era una asociación muy rentable para Sancho Sempere, al punto de que dio nombre incluso a una yate privado al que puso precisamente el nombre de MILLENA y que podía verse fondeado en el puerto deportivo cercano a Canet.
Pues bien, fue MILLENA III MILENIO compró un apartamento en Canet y en ese momento Sancho Sancho tomó el control de la mercantil, según publicó el Boletín Oficial del Registro Mercantil con fecha 1 de febrero. Además, aprovechó para cambiar el domicilio social, pasando a la plaza de Nápoles y Sicilia 9 bajo b y abandonando el de la calle Almirante 1b, curiosamente la misma dirección en la que se encuentra la Academia Valenciana de Juristas, entidad que asesora jurídicamente al Consistorio.
La compra del apartamento de Sancho -por un precio de 106.344 euros, fue en su día objeto de polémica, ya que la realizó Millena III Milenio el 7 de marzo de 2005, unos meses después de su constitución con un capital de 3.006 y figurando entonces como administrador único el hijo del empresario Sánchez Amores, Juan José Sánchez. Sánchez Amores ha recibido varias concesiones del consistorio municipal.
El Ayuntamiento de Canet concedió dos cédulas de habilitad de más en dicho bloque de apartamentos donde se habían proyectado 36, pero finalmente se segregaron dos y se vendieron 38. Uno de ellos fue para Millena III Milenio, es decir, para Sancho.
La gestión pública es un delicado equilibrio entre eficiencia administrativa y transparencia, un equilibrio que parece haber sido profundamente perturbado durante la gestión del secretario del Ayuntamiento de Canet de Berenguer, José Antonio Sancho Sempere. Según demostró el informe de la Guardia Civil aportado en las diferentes piezas de la trama de las asesorías, bajo su mandato como secretario municipal, instauró un sistema administrativo para enriquecerse a costa del erario público basado en tres ejes: el control de los departamentos fundamentales del consistorio, la creación de una red organizada de empresas particulares para obtener contratos en el ayuntamiento y la inexistencia de controles eficaces para frenar posibles actos de corrupción.
José Antonio Sancho Sempere, ex secretario del Ayuntamiento de Canet y capo de la llamada "trama de las asesorías", se enriqueció durante años a costa de ayuntamientos y entidades públicas y consiguió ser titular de 57 cuentas bancarias, 4 inmuebles urbanos, (uno de ellos en Canet) 82 fincas rústicas, un yate privado (Millena) y vehículos de alta gama que fueron a parar a su patrimonio personal y al de su familia.
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